
La pregunta que muchos inversores nos venimos haciendo durante los últimos meses es que dónde podemos invertir nuestro dinero sin salir malparados de los mercados y poder combatir esa inflación que ya se sitúa en el doble dígito. Vamos a buscar una respuesta.
Causas de una inflación por las nubes
Vivimos momentos complicados para los inversores. A las puertas de una gran recesión ya confirmada por varias instituciones internacionales, provocada en gran medida por la inflación cuya causa podría ser la guerra de Ucrania. Aunque si somos objetivos antes de febrero, cuando comenzó el conflicto, la inflación ya venía pegando fuerte durante varios meses, por lo que podemos dejar en duda esta causa.
Quizás la guerra en Ucrania únicamente ha sido la gota que ha colmado el vaso en una economía mundial moribunda, sostenida por las grandes recompras de deuda y unos tipos de interés por los suelos, quizás ahora paguemos el sin sentido de unos tipos de interés negativos.
Se viene alimentando la burbuja del dinero gratis durante años, manteniendo proyectos y empresas que sin estas inyecciones podrían haber entrado en serios problemas de liquidez hace años. Pero no solo las empresas se han visto seducidas por esta moda del dinero gratis, hemos podido ver como los estados han llegado a niveles récord de deuda pública nunca vistos, porque total “endeudarse es gratis” y el estado de bienestar se ha ido pagando con nueva deuda. Lo que ha alimentado la burbuja.
Ahora que vemos los tipos de interés subir de forma estrepitosa en Estados Unidos y en Europa ya nos preparamos para verlo subir del mismo modo, muchos se acabarán echando las manos a la cabeza cuando veamos que no se puede pagar la deuda pública actual a unos niveles de interés en subida constante. Pero bueno ese no es el tema de hoy.
¿Dónde podemos invertir en el 2022?
El tema de hoy y por el que todos estaréis aquí es ¿Dónde narices vamos a invertir en este 2022? Para combatir una inflación que se sitúa ya por encima del 10% en nuestro país. Para resumir la situación actual, si no conseguimos rentabilizar nuestros ahorros un 10% estaremos perdiendo poder adquisitivo y de hecho puede que esta tónica la veamos también el próximo año.
Si comenzamos con la renta variable, en una situación estable resulta muy complicado obtener una rentabilidad anual del 10% pero si a esto le añadimos que las bolsas no levantan cabeza y de hecho vemos caídas del 20% en lo que va de año en alguno de los índices bursátiles más importes, se nos hace muy cuesta arriba encontrar, aunque sea una rentabilidad positiva.
Lo que si vemos que no paran de subir son algunas materias primas, pero seamos sinceros invertir en materias primas no está al alcance de todos los inversores y si para algunos ya resulta un mundo invertir en acciones imaginaros invertir en acero, petróleo o gas. Una auténtica odisea.
De las Criptomonedas directamente ni hablamos, ni para bien ni para mal, no acabo de cogerlas el punto y por eso prefiero mantenerme al margen.
Una inversión muy común en estas situaciones suele ser invertir en oro, el cual vemos que lleva dos años prácticamente en un movimiento lateral. Un buen refugio dicen algunos, totalmente correcto si de verdad se revalorizara al nivel actual de la inflación o por lo menos se acercase algo.
Otra opción muy común cuando estamos tan cerca de ver una crisis económica es invertir en ladrillo, comúnmente se piensa que si invertimos en ladrillo protegeremos nuestro dinero simplemente porque es una inversión que la vemos con los ojos y no tenemos una pantalla que nos dice el % que sube o baja el valor de nuestra vivienda, si lo viéramos otro gallo cantaría. Cierto es que por esta razón venimos viendo subidas muy importantes en la vivienda en los últimos meses, pero si echamos la vista unos años atrás sabremos como acaba la película.
Bueno y ya ni hablamos tampoco de la renta fija, totalmente descartada “de momento” debido a la subida constante de tipos de interés que se espera en los próximos meses.
Mi mejor opción para el 2022
Por lo tanto, nos queda un panorama muy desolador. Si llevo 10 años siguiendo el mundo de la inversión a diario habré escuchado infinidad de veces que en momentos de inflación alta solo puede ser combatida con la inversión en renta variable, la única al alcance de lograr las rentabilidades de la inflación.
Pero eso ha sido la teoría, ahora viene la práctica y vemos que si no hubiéramos hecho nada desde que empezó 2022 perderíamos un 6% o un 7% por la inflación, pero si hubiéramos tomado la opción de los manuales, no solo habríamos perdido ese % también habríamos salido trasquilados en los mercados quizás con una caída a mayores de doble dígito.
Si la inflación se debiese de verdad a un aumento del consumo y crecimiento económico la opción de invertir en acciones sería la más adecuada pero esta vez la inflación viene más por escasez de oferta que por aumento de la demanda, lo que provoca una situación muy compleja.
En resumen y aquí os dejo mi opinión. Nos acercamos a una crisis puede que, sin precedentes cercanos, vemos como puede ser una auténtica tormenta perfecta por todos los ingredientes que tenemos sobre la mesa. Que si no hacemos nada perderemos un 10% por la inflación, correcto, pero prefiero perder un 10% que haber estado indexado en el S&P y haber perdido más de un 20% en total en el año.
Las grandes oportunidades vienen en las crisis y pasar una crisis económica con cash en el bolsillo puede ser una gran oportunidad, ya que se pueden acabar viendo “gangas” en todos los mercados financieros, ya sea renta variable, inmobiliario o todo tipo de consumo. Hay que tener en cuenta que cuando la economía entra en una depresión importante, el consumo se reduce de forma acelerada lo que acaba provocando que quien necesite cash, venda de forma precipitada a precios considerablemente bajos todo tipo de bienes, debido a la necesidad. Si ahí tenemos cash, seremos los reyes.
Por lo tanto y repito, en mi opinión, puede que ahora mismo la mejor opción sea no hacer nada, dejar pasar la tormenta y ponernos a resguardo, la incertidumbre es altísima y quizás no sea el momento de correr grandes riesgos, por lo menos de momento.
Eso sí, el momento de salir a jugar llegará de nuevo y debemos estar atentos para volver con todo y aprovechar esa gran oportunidad que vemos una o dos veces a la década, como vimos allá por el 2009. Yo os lo adelanto, no me lo voy a perder.